“Dando la mano a otros con circunstancias problemáticas similares de las que en un momento fuimos restaurados”. Una generación restaurada.

Niños y niñas que inicialmente fueron beneficiarias en la fundación, están frente de la administración, coordinación y liderazgo de la misma, desde hace cinco a diecisiete años, además padres de familia que tuvieron y aún tienen a sus hijos como beneficiarios de la fundación, son un grupo comprometido con Dios y con la visión y la misión de la misma.

Actualmente hay fruto de procesos de crecimiento y maduración con la comunidad. Gracias a los aprendizajes y la transformación que el Eterno ha permitido en nosotros, estamos seguros que no venimos a cambiar una comunidad, ni somos el cambio para la comunidad, hoy hablamos de posibilidades para todos, un crecimiento y transformación general en la comunidad Semilla de Vida Eterna. “Familias con valores, actitudes, habilidades y conocimientos que les permiten ser agentes de transformación a nivel individual, familiar y social”, es nuestra meta, y es lo que hemos podido evidenciar y lo que define el equipo de voluntarios.